La privacidad puede tener los días contados. Ya hay programas informáticos que reconocen caras, sistemas capaces de identificar a un sujeto determinado en una muchedumbre.
También existe software que garantiza que la persona que se está registrando en una web, sacando dinero de un cajero o arrancando un automóvil es la que dice ser. Y es solo el comienzo, porque la tecnología que interpretará gestos, y por tanto nuestros gustos o estados de ánimo, ya está muy avanzada. Las investigaciones más vanguardistas en este campo tienen lugar en EE. UU.
Empresas como Emotient, Affectiva y Eyeris ya trabajan en el conocimiento del comportamiento humano en función de su semblante. Para interpretar sentimientos, los programas necesitan patrones. En este sentido, las empresas implicadas parten del trabajo del psicólogo norteamericano Paul Ekman, hoy octogenario, que lleva más de cuatro décadas catalogando microexpresiones para estudiar las emociones. Su Facial Action Coding System recoge más de 5.000 movimientos musculares e identifica su significado emocional.
Desde las premisas de Ekman, las empresas mencionadas están construyendo gigantescas bases de datos que ya forman parte de sus herramientas comerciales. Por ejemplo, Affectiva asegura haber medido 7.000 millones de reacciones emocionales de 2,4 millones de vídeos realizados en 80 países. Porque no todos somos iguales: por ejemplo, los españoles nos reímos más abiertamente que los japoneses. Affectiva dice haber aprendido durante la elaboración de su catálogo de gestos y emociones que las mujeres sonríen más que los hombres, o que los sudafricanos son los más expresivos del mundo.
¿Para qué sirve toda esa información? Las aplicaciones que se están desarrollando son muy diversas. Por ejemplo, Affectiva colabora con OoVoo LLC, rival directo de Skype en vídeo-chats para móviles, en la consecución de una app que revele las emociones de los usuarios durante las conversaciones. A su vez, la Universidad de San Diego está probando el software de Emotient para detectar niveles de dolor en niños recién operados de apendicitis. Mientras, la policía neoyorquina complementa sus interrogatorios con programas de detección de emociones.
Pero si hay un sector especialmente interesado en estos avances es el del marketing y la publicidad. De momento, solo el software de Affectiva ha sido utilizado por unas 1.400 firmas para calibrar las reacciones de miles de personas ante todo tipo de estímulos, desde un producto determinado en fase de desarrollo hasta un anuncio para televisión o el tráiler de alguna nueva película.